El jueves Santo arrancamos de Ourense dirección Cuenca a las 8:00, por delante 7 horas de trayecto en coche hasta llegar a una ciudad que no dejó de sorprendernos ni un minuto tanto en bici como sin ella.
La primera salida la realizamos el viernes, comenzaba con un tramo en ascensión por carretera de unos 20 kilómetros para llegar a una de las partes más altas de la serranía de Cuenca a aproximádamente 1600 metros de altura, cerca de Valdecabras, quizás esta ascensión y los tramos de barro super pegajoso de esta zona fue el peor momento de la semana. Había tal cantidad de barro que durante un par de kilómetros tuvimos que arrastrar las bicis literalmete porque las ruedas no giraban. Incluso por momentos pensamos en abandonar la ruta, pero al final conseguimos llegar a un rio donde pudimos lavar las bicis y proseguir por una zona algo menos húmeda. Esta foto muestra la imposibilidad de rodar en tales condiciones.
Apartir de ahí comenzamos a disfrutar de unos paisajes increibles, por momentos parecía que te encontrabas en el Farwest, pasando incluso por zonas en las que se grabaron algunas escenas de Conan el Bárbaro.
La ruta acabó con 58 kilómetros en las piernas y una última bajada bastante bonita y rápida, que nos dejó bastante interesados en lo que la zona nos podía ofrecer el segundo día, supuestamente con una ruta bastante endurera que al final resultó serlo superando con creces nuestras espectatívas.
El domingo de resurreción comenzamos esta ruta con muchas ganas, la primera subida no fué muy espectacular pero su descenso aún me saca ahora mismo una sonrisa al recordarlo. Transcurría por un sendero muy estrecho con pendientes que podrían facilemte llegar al 30%, piedra suelta y curvas en herradura hasta llegar a una hermita preciosa situada en un terreno que parecía escabado en la misma roca. Desde ahí el sendero se convirtió un una zona de escalones y piedra muy retorcida en la que incluso tuvimos que echar pie a tierra un par de veces.
La segunda subida del día resultó ser bastante dura, entorno a 5 kilómetros que nos llevaron hasta los 1400 metros de altura y como no podía ser de otra forma,a otra bajada de escándalo algo más rápida que la anterior e incluso para mi más emocionante por el terreno apto para hacer algún salto y derrapar en las entradas de las curvas.
La siguiente zona constaba de un tramo rompepiernas en la cuenca del rio Huecar que nos dejó más que impresionados, rodabamos por un sendero super estrecho con paredes de piedra a un lado y precipicio al otro lo que por lo menos a mi me hizo pasar algo de vértigo en algún momento.
La semana nos dejó muy buen sabor de boca, Cuenca es un sitio más que aconsejable para la práctica del BTT, lástima de distancia!
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